Rinden tributo en Colón al mártir Gilberto Espiñeira Cabrera en el Aniversario
55 de su asesinato.
Hay hombres
que con su obra enrumbaron el camino para el triunfo revolucionario en
Cuba.
En Colón- 180 kilómetros al
este de La Habana-
muchos son los mártires que ofrendaron su vida, siendo aún muy jóvenes.
Uno de ellos fue Gilberto Espiñeira Cabrera
quién el 13 de diciembre de 1957, fue encontrado asesinado en la zona de Deseada.
¿Por qué la tiranía de Fulgencio
Batista asesino a Gilberto Espiñeira?
Aunque vivía en Colón, había nacido en el
municipio de Perico y residido también
en Jovellanos y Coliseo .En su tierra natal cursó la enseñanza primaria. Después se trasladó con
su familia-el padre de oficio panadero y la madre ama de casa- a residir en Colón.
Sin concluir estudios en la enseñanza media superior y para ayudar a la
familia comienza a trabajar en el mismo oficio que su padre y después en
la construcción de la fábrica de conservas “Planta Libertad” , donde fue
operario, su último actividad la desarrollo como chofer de alquiler.
Desde el momento que empezó a laborar su vida revolucionaria se hizo más intensa.
Ingresó al movimiento 26 de julio en febrero de 1957.Posteriormente la dirección del movimiento lo designa Jefe de Acción y Sabotaje en la
provincia de Matanzas.
Acciones como transportar armas en el auto
que conducía, esparcir puntillas en las carreteras de San José de los Ramos y Perico, tiroteo de camiones en el elevado
de Tinguaro, corte de servicio eléctrico y el apoyo al desembarco del yate
Granma, entre otras muchas actividades, pusieron en peligro su vida, pero
tenía la firme convicción que si lo
apresaban harían picadillo con su cuerpo, antes de que delatar a sus compañeros de lucha.
El 6 de diciembre la policía batistiana
detiene a Gilberto en el poblado de Ceiba Mocha cuando se dirigía a La Habana a cumplir una
misión- se considera que fue producto de una delación- es conducido al cuartel
de Jovellanos y posteriormente a Perico, torturado y masacrado cruelmente.
Así fue hallado en un callejón de Deseada que
conducía a la finca Flor de Cuba, con el
rostro desfigurado, solo tenia 33 años y le segaron la vida.
Su cadáver, custodiado por la policía, fue entregado a su familia quien le dio sepultura
en el cementerio de la localidad.
Hoy en el mismo lugar que fue encontrado se
erige un monumento a su memoria. Pioneros, jóvenes de la Enseñanza Media,
integrantes de la
Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana
y las organizaciones de masas, rinden homenaje como es tradicional al mártir que luchó por la libertad de su patria
hasta perder la vida teniendo como convicción la lealtad a sus compañeros
y fe en la victoria.
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