Su
perseverancia, laboriosidad y entrega
al trabajo es ejemplo para quienes tienen el compromiso de producir
alimentos para el pueblo.
Se
llama Dianelis Álvarez García, el campo y ella mantienen
una simbiosis permanente.
Sin casi
detenerse en los trajines para atendernos continúa su faena en proveer de alimento
a los animales, refiere…..”ser
fundadora de la Empresa de Ganado Menor y atesora reconocimientos como la mejor del país como criadora cunícula durante varios años”
En poco
más de una hectárea de tierra entregada
en usufructo está su finca “La
Currita” - por ser el apodo con que la nombran en el batey-procura la mayor
parte del alimento para 200 conejos hembras y 450 gazapos, con la siembra de
plantas proteicas, maíz, viandas, y
hortalizas como el tomate que le
permite procesarlo en una pequeña mini industria que posee, todo
el destino de las producciones es para la venta al estado.
Como
productora líder recibió una máquina
forrajera y varios insumos para la construcción de naves para los conejos y cerdos pues tiene un convenio porcino de 100 animales por la modalidad de pre-ceba al destete , además de
ser favorecida y asesorada con dos
proyectos de la Estación Experimental de
Pastos y Forrajes “Indio Hatuey”.
Trabajar la
tierra rinde frutos, el pasado año entregó 5 y 20 toneladas de
carne de conejo y de cerdo, respectivamente,
entre otras producciones
agrícolas, convencida de aumentar la contribución en su finca para la alimentación del pueblo.
Asociada a
la Cooperativa de Créditos y Servicios “Ramiro Rodríguez”, en la Comunidad “Jigue” , cerca del poblado de San
José de los Ramos, siente orgullo de lo
que hace como mujer, para el sustento familiar,…..”mis 4 hijos los he criado y educado sola, por ser una mujer divorciada, tengo el orgullo que
todo lo que comen, cómo se visten , calzan y lo que han estudiado ha salido de
mis manos , sin tener que buscar otras
vías de ingreso que no sea el trabajo, sin prostituirme ni hacer nada indigno por dinero , ese es el ejemplo y los valores, visto en mí , la dedicación al trabajo y el
apego a la tierra, esta en la que me siento
feliz, el campo, me da tranquilidad,
me inspira y lo que cosecho complementan
mi vida”
Sin
perder la ternura, féminas como Dianelis
se incorporan como usufructuarias de tierras
para contribuir a producir alimentos.
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