El
desarrollo de la industria azucarera
trajo a Cuba además de africanos a culíes chinos contratados que fueron tan explotados como los negros esclavos.
La presencia de los asiáticos marcó pautas en las costumbres del país y ahora resultan recordadas en Colón por el
aniversario 170 de la llegada de los chinos a
la isla.
Con un pasacalle encabezado
por los proyectos “Presencia
China en Colón” dirigido por el instructor de Arte y Premio Nacional de
Cultura Comunitaria 2006, Luis Sandalio
Trasanco y “Trapisancos”, por el
promotor y aficionado al teatro Luis
Gil, se inició la celebración en la
glorieta del parque.
El antiguo ingenio Álava y su propietario
Julián Zulueta, acogieron mano de obra de África y Asia, donde se mezclaron tradiciones, culinarias, medicinales y hasta del refranero popular que están
perennes hoy
en el Central “Méjico”, sede de la
presentación del espectáculo “Por los caminos de nuestros ancestros”.
Como invitados,
participaron descendientes chinos,
que agasajan cada año las fiestas de primavera, dedicada en esta ocasión al Gallo
Rojo de Fuego.
Demostraciones de ejercicios con fines
terapéuticos protagonizados por el círculo de abuelos dirigido por Luis Oscar
Núñez matizaron la jornada además de la ceremonia del león iniciador de las
fiestas y la oruga en representación de
la "ruta de la seda".
Enriquecer la vida cultural en las
comunidades convidó a la realización de la actividad en el Consejo Popular
Méjico- Banaguises.
Las actividades culturales dirigidas a preservar
la historia por la labor investigativa de líderes naturales comunitarios y sus pobladores, resulta
eficaz pues son los encargados de trasmitir el legado y las
tradiciones, como la fuerte presencia
china en territorio colombino.
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